¿Cómo saber si tengo el ojo seco?
Seguramente has escuchado hablar del ojo seco o del síndrome del ojo seco, y al hacerlo, puede que te imagines de manera literal lo que esto significa, sin embargo, existen casos en que el ojo seco se manifiesta con un lagrimeo constante por lo que su identificación puede ser algo confusa, pero entonces ¿cómo saber si tengo ojo seco?
Existen síntomas que de manera aislada podrían hacernos pensar que tenemos otro tipo de padecimiento, pero si prestamos suficiente atención, podremos identificarlos fácilmente para que podamos solicitar atención de nuestro especialista en ojos y nos brinde un tratamiento adecuado para este padecimiento.
Como te comentaba anteriormente, uno de los síntomas es el lagrimeo constante de los ojos, a pesar de que por lógica, el que nuestro ojo esté produciendo lágrimas debería significar que el ojo se mantiene hidratado, en los casos de sequedad ocular no es así. El ojo produce constantemente lágrimas para tratar de mantenerse hidratado, sin embargo, las lágrimas que produce son de mala calidad y no cumplen su función; de esto mismo se pueden desprender más síntomas como la sensación de arenilla en el ojo, ojos rojos o picazón en el ojo.
Si es que no hemos prestado suficiente atención a nuestra rutina para saber a ciencia cierta si corremos el riesgo de padecer ojo seco, podemos descartar la posibilidad si dentro de nuestra rutina no pasamos tantas horas frente a la pantalla de la computadora o celular, si no nos exponemos tanto tiempo al sol de manera directa o si nuestra localidad no se encuentra en una zona de fuertes vientos, ya que estos factores, aumentan las posibilidades de que podamos padecer ojo seco.
También corremos más riesgo de enfrentar la resequedad ocular conforme vamos haciéndonos mayores, en especial las mujeres después de pasar por los cambios hormonales que trae consigo la menopausia. El tratamiento para este padecimiento debe ser dictado por un especialista de la salud visual, por lo general se prescriben gotas hidratantes acorde a nuestra necesidad o en otros casos, si el caso lo requiere, lágrimas artificiales que logren su cometido de mantener la hidratación en los ojos que las lágrimas naturales está fallando en conservar.